Qué son las hemorroides trombosadas

Las hemorroides son varices o inflamaciones de las venas en el recto o en el ano, que pueden provocar un sangrado abundante durante la evacuación sobre todo si están localizadas en la parte interna del tubo, no suelen revestir  gravedad  aunque en algunos casos como en el de las hemorroides trombosadas, pueden llegar a ser particularmente dolorosas.

Una hemorroide trombosada es una complicación de una hemorroide simple. Se produce cuando queda atrapado en el interior de la inflamación un coágulo de sangre que  no puede resolverse por sí solo o que tarda mucho tiempo en hacerlo, ocasionando un dolor lacerante y continuo que impide el desarrollo de la actividad normal.

Hemorroides trombosadas: cómo distinguirlas

Aunque hay algún caso de hemorroides trombosadas internas, la mayoría de las hemorroides localizadas en el interior solo ocasionan molestias. Las hemorroides trombosadas se forman cuando, tras el prolapso de la hemorroide a la parte más exterior del ano, se forma un coágulo en el interior que no puede resolverse por sí mismo, ya que la misma presión que ejercen los músculos perianales impiden que la sangre fluya y se produzca la reabsorción.

En algunos casos es posible re-introducir manualmente la inflamación al interior del canal, disminuyendo la presión y favoreciendo la disolución del coágulo por sí mismo, pero lo más habitual es que una hemorroide trombosada acabe sus días en un quirófano.

La forma más rápida de distinguir una hemorroide de grado IV, o menor de una hemorroide trombosada, aparte del dolor intenso y continuado, es el color. La hemorroide trombosada presenta un color negruzco o azulado muy característico que unido a la anamnesis del paciente facilitan un diagnóstico inmediato.

Puesto que una hemorroide trombosada se produce a partir de una hemorroide simple, que puede volver a degenerar en cualquier momento aunque ya se haya resuelto,  la única manera de garantizar que no se vuelva a producir es someterse una hemorroidectomía.

Existen varios tipos de operación dependiendo del tipo de lesión que se tenga. Sin embargo, la cirugía laparoscópica permite que salvo complicaciones, el paciente pueda recibir el alta a las pocas horas y que la recuperación sea bastante rápida.

 

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